Con el estilo ágil y directo de una buena periodista, Ketty Garat cuenta aquí las mil y una anécdotas que ha vivido como cronista parlamentaria y que no han llegado a salir en ningún medio. Desde el día en que Celia Villalobos llamó «tontitos» a los discapacitados hasta el día que Tardà gritó «Mori el Borbó! » 02014;y provocó que las siguientes sesiones del Congreso estuvieran dedicadas enteramente a eso02014;, la autora va desentrañando los secretos de cómo funciona el Parlamento.
Historias de los pasillos, que es donde a menudo surge la verdadera noticia, donde los periodistas luchan por sacarle jugo al día, donde más sorprendentes son las reacciones de los políticos 02014;porque creen que nadie les ve02014;, o sus declaraciones,como ésta que soltó Bono en un día inspirado y que no tardó en tener eco en el siguiente debate parlamentario: «Yo atizaría con la guía de teléfonos a quienes buscan privilegios presentándose como diferentes.» Se refería alos nacionalistas, con quien Zapatero pactaría poco después para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado.
La que atiza, pero sin hacer daño, es Garat, que avisa al lector de que no será objetiva, porque nadie lo es, pero que repartirá a diestro y siniestro porque casi todos los políticos se merecen que les den caña. Y sino lo creen, lean este libro