Alfred Russel Wallace al explorar la cuenca del Amazonas y el archipiélago malayo, estableció una conexión entre la biogeografía, que se ocupa de la distribución espacial de las especies en la biosfera, y la teoría de la evolución, que nos habla de los orígenes y extinciones de las especies a lo largo del tiempo. Contemporáneo de Darwin, alcanzó las mismas ideas de la selección natural, llegando incluso a adelantarse al eminente naturalista en algunos aspectos como el de la herencia o el significado evolutivo de los colores de los animales. Pero la figura de este gran naturalista no quedó solo en el ámbito de las ciencias si no que su labor, muy desconocida hasta la presente obra, se extendió a otros ámbitos de las humanidades y los movimientos sociales. Estuvo implicado en diversos movimientos sociales de su época, tales como la promoción de los trabajadores y las mujeres, la oposición al racismo, la eugenesia y la vacunación obligatoria. Denunció la industrialización desmedida fue uno de los pioneros en ecologismo. Superando decididamente el campo de las ciencias naturales convencionales, Wall