Cuando se quiere hacer referencia a un lugar cuya descripción nos resulta difícil, se suele emplear la frase: "tiene una atmósfera especial", y con ella queremos expresar todo aquello que de alguna forma nos ha conmovido, nos ha inquietado o nos despierta curiosidad... Así es Titán, un satélite con una atmósfera especial; todo lo que él esconde, desde su interior más profundo y desconocido hasta su capa atmosférica más externa, representa un entorno muy atractivo. Desde su descubrimiento como satélite de Saturno a mitad del siglo XVII hasta nuestros días, la forma en que se ha ido mostrando a la comunidad científica ha sido casi siempre elusiva. Se intuyó su atmósfera en el año 1905, se descubrieron los gases que la componen y se nos negó la visión de su superficie aun estando allí con las misiones Voyager 1 y 2. A principios del siglo XXI, después de casi cuarenta años de avances tecnológicos y científicos, el escenario es otro, pero los actores son los mismos: Titán y una nave espacial (Cassini-Huygens). En esta obra descubriremos un satélite con un mundo químicamente muy activo y geológicamente intrigante, aunque ya empiece a permitirnos ver sus ríos, canales, cañones, montañas, lagos, costas y criovolcanes.