Desde hace décadas, la globalización pone en entredicho las fronteras nacionales y la legitimidad de los Estados para administrar la violencia, al tiempo que emergen nuevos sectarismos de tipo religioso o étnico, con frecuencia sumamente violentos. Las relaciones entre países ya no pueden basarse en la noción de amigo-enemigo, sino en la búsqueda de un consenso cosmopolita y en el respeto a las leyes internacionales. En consecuencia, según la socióloga mary kaldor, es necesario redefinir el concepto de seguridad humana, que ya no puede aplicarse tan sólo a las situaciones de extrema violencia, como la derivada de la invasión de Iraq en 2003, sino que ahora tiene mucho que ver también con la pobreza, la enfermedad y la vulnerabilidad ante los desastres naturales.
Kaldor examina los vínculos entre los derechos humanos y la actuación de las fuerzas de seguridad, así como la cuestionable validez de nociones como «daño colateral». Discute asimismo las razones que pueden esgrimirse para que un ejército intervenga en un país extranjero y el polémico papel que a veces ostenta Naciones Unidas. En un mundo marcado por una creciente inestabilidad política y económica, la autora defiende la necesidad de un debate público entre los distintos grupos de la sociedad civil para la creación de consenso y de estrategias comunes de desarrollo.