Este libro no incita a la búsqueda o reivindicar las esencias patrias, sino que se limita a estudiar las
vicisitudes de una identidad determinada -la nacional española- a lo largo del conflictivo siglo XX. Lejos de perfilar
un supuesto ser de España, metafísico e intemporal, trata de averiguar qué significó durante la pasada centuria ser
españoles, una identidad en construcción. En el centro de esa identidad se situaron símbolos y prácticas simbólicas
sujetos a muy diversas interpretaciones por parte de múltiples actores, formas variadas a las que remite el término
imaginarios.