Su proximidad a España y la fácil comunicación convierten a esta zona del sur de Francia no en una escapada de un fin de semana o un largo puente si no en un destino que invita a repetir viaje en las diferentes estaciones.
Burdeos por sí sola ya justifica cualquier estancia, una capital con un rico conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad que sabe armonizar con las nuevas construcciones, especialmente su Cité du Vin, y una vida cultural y nocturna muy animada.
El Périgord con sus paisajes ya elegidos por los hombres de la prehistoria, aquí están las famosas cuevas de Lascaux, y unos pueblos que parecen conservados intactos desde la Edad Media es sin duda alguna una de las regiones que más visitantes atraen y que supone el menor complemento cuando se quiere ver algo más que Burdeos.