Londres, la ciudad más grande de Europa y una de las dos más turísticas del mundo, ha acrecentado a lo largo de las últimas décadas una atracción para todo tipo de turistas que no se ha visto mermada ni con el desmembramiento del Imperio Británico tras la Segunda Guerra Mundial ni con el final de los "felices sesenta", que vieron en esta urbe el nacimiento de la minifalda y la música de los Rolling Stones y los Beatles. Y es que Londres es una de las capitales de Occidente. Si desde un plano urbanístico sigue siendo una maravilla (aumentada cada año con algún rascacielos nuevo), en otros muchos planos lo es también: en sus teatros, musicales, herencia cultural, en sus mercados informales, en el contraste de las diversas zonas que la componen (la City, Soho), en sus museos enormes y gratuitos, más sus jardines escondidos, sus pubes tan característicos, su multiculturalismo de restaurantes orientales mezclado con la flema inglesa. Puzle único el de esta majestuosa urbe cargada de herencia cultural.