Cerca de ocho mil hombres y mujeres armados y unos cien mil apoyos o enlaces son el exponente más claro de la relevancia y los quebraderos de cabeza que las guerrillas supusieron para el régimen de Franco desde el final de la guerra civil y, sobre todo, entre 1944 y 1948.
La grandeza moral de las guerrillas consiste en que aglutinaron a los combatientes de las diferentes filiaciones de izquierdas en aras de alcanzar un objetivo común: la lucha contra la dictadura y la reinstauración de la República democrática. Las andanzas de «Juanín», «Quico», «Facerías», «Foucellas» o Manuel Girón pasaron a formar parte del imaginario popular y a convertirse en parte de la leyenda. Estos héroes alcanzaron su mayor triunfo al reivindicar la dignidad de su causa, que intentamos que permanezca viva a través de estas páginas y que en gran medida fue la «lucha por las palabras».