Recientemente, entre los archivos de la Universidad de Yale, se «exhumaron» tres tablillas cuneiformes del 1600 antes de Cristo, hasta el momento no traducidas... y que resultaron ser cuarenta recetas de cocina. Este descubrimiento da pie a Jean Bottéro a sumergirse en la desconocida gastronomía de la antigua Mesopotamia. Armado de esas cuarenta recetas, pero también de cartas cruzadas entre comerciantes, «manuales de devoción», tratados adivinatorios y de interpretación de los sueños, listados enciclopédicos e incluso alguna obra «literaria», Bottéro nos acerca a esa refinada cultura, cuya cosmovisión se halla indirecta pero firmemente integrada en el ciclo de la comida y la bebida.Nos enteramos así de la importancia de los cereales y del pan (cocinado o presentado de más de doscientas maneras), de la predilección por los asados y los caldos, y del papel fundamental del ajo, la cebolla y el puerro en muchos guisos.