La Celestina (1499-1507) empieza en el momento en el que Calisto conoce a Melibea y nace en él una obsesión que solo podrá calmarse si logra encontrarse con ella. Pero las normas sociales de la época lo impiden, y obligan a la mujer a dar una negativa. Sempronio, criado de Calisto, aconseja a su señor que se sirva de la ayuda de Celestina, que regenta un prostíbulo venido a menos, y que tiene buena mano en estos asuntos. Se inicia entonces una loca carrera en la que todos los personajes buscan de forma egoísta su propio beneficio, aun sirviéndose de engaños y mentiras: Calisto desea poseer a Melibea; Celestina y Sempronio quieren enriquecerse a costa de su amo; Pármeno, el joven criado, aunque era fiel a su señor Calisto, se aparta de él para poseer a Areúsa, prostituta protegida de Celestina, y enriquecerse con sus amigos. Todos ellos se dejan llevar por sus propias obsesiones, que irremisiblemente les conducirán a la tragedia.