En Apología de Sócrates, diálogo compuesto entre 393 y 389 a. C., Platón (c. 427 - 347 a. C.) da una versión de la defensa del mismo Sócrates tras ser acusado de corromper a los jóvenes y despreciar a los dioses. La apología refleja la defensa de Sócrates frente al jurado de Atenas, de manera que apología tiene el significado original de defensa formal de las opiniones de uno. El diálogo, perteneciente al ciclo platónico de obras socráticas o de juventud, rescata el texto de la apología (defensa) de Sócrates ante el tribunal, así como constituye la apología (elogio) que hace Platón de su maestro.
Sócrates comienza el diálogo diciendo que no sabe si los atenienses han sido ya persuadidos por los que lo acusan. Este comienzo es crucial para establecer el tema del discurso, pues es frecuente que Platón comience sus diálogos socráticos exponiendo la idea general del texto. Sócrates pide al jurado que no le juzgue por sus virtudes oratorias, sino por la verdad que estas convocan. A su vez, asegura que no va a utilizar ornamentos retóricos ni frases cuidadosamente preparadas, sino que va proferir lo que se le pase por la cabeza, las mismas palabras que utilizaría en el ágora y en las reuniones; a pesar de esto, demuestra ser un maestro en retórica, no sólo elocuente y persuasivo, sino hábil con el jurado. Con todo, este discurso, que durante más de dos milenios se ha ganado el favor de los lectores, no consigue ganarle el juicio. Sócrates fue condenado a muerte, y ha sido admirado por su serena aceptación de la sentencia.