Con humor e ironía, Philip Waechter nos narra la casi increíble suerte de ser padre. Nos presenta al padre "primerizo", para el que de pronto todo es un pequeño milagro, que se emociona ante cosas profanas como cambiar los primeros pañales, los primeros dolores de tripa o la "guerra" con la remolacha roja. Con el estilo artístico que le caracteriza, narra los primeros pasos de su hijo en la vida, sin olvidar, eso sí, su fidelidad a la retransmisión del partido de fútbol de su amado equipo todos los domingos. Resulta insuperable la maestría de Philip Waechter narrando la felicidad de ser padre.
"No hay muchos libros que sean tan acertados con la nueva generación de padres como el libro de Philip Waechter" (Südeutsche Zeitung).