Con apenas treinta y un años, Claire se siente abrumada aunque no consigue averiguar por qué. Su situación, al menos en apariencia, es idílica: está casada con el hombre del que se enamoró, tiene una hija, pasa tiempo con otras madres -todas ellas fanáticas de «la virtud», de las cosas «bien hechas»-, pero tiene medio abandonada su carrera profesional y sabe, que algo no va bien, entre otras cosas su matrimonio...Un día mientras da el pecho a su hija se hace daño en la espalda. En ese momento, muchas amigas le recomiendan que pruebe a hacer yoga. Al principio se muestra muy escéptica... ¿qué es el yoga?, -se pregunta: ¿una práctica espiritual? ¿Gimnasia para torpes? ¿una moda para mujeres ricas con mucho tiempo libre? Y sin embargo, un día lo prueba. Y después de descartar varios centros en los que el aspecto estilizado de la profesora parece ser más importante que la propia práctica, Claire encuentra una profesora que parece normal y sobre todo, la ayuda. A partir de ese día y hasta la fecha, Claire pondrá en práctica muchas posturas del yoga: la rueda, lotus, el triángulo, la media luna, etc. En el camino se da cuenta que no es sólo su espalda la que pide ayuda, Claire sabe que es hija de una generación que ha crecido pensando en ser «buenos, buenos, buenos y virtuosos», que compran productos orgánicos para sus hijos, que hacen la comida para sus bebés en casa, que duermen con sus pequeños y toda una serie de costumbres y autoexigencias que al final pueden provocar ansiedad. Para su sorpresa, Claire descubre que las posturas de yoga no son sólo ejercicios acrobáticos (aunque también lo son), y que cuanto más profundamente explora las posturas, más se cuestiona lo que realmente convierte a una mujer en «una buena madre, hija, amiga o esposa». Un buen día sabrá que no ser tan perfecta, que perder el equilibrio en un momento dado, puede ayudarla más que estar sujeta permanentemente a la idea de perfección y virtud. Así, a medida que profundiza en las posturas de yoga consigue que su vida deje de ser tan «perfecta», y que sea un poquito más libre e improvisada. Esta es una historia sobre la crisis de una mujer y cómo con la ayuda del yoga y el sentido del humor, aborda la maternidad, trata una crisis de pareja, habla de la amistad, una historia real contada desde el corazón, sin prejuicios.