Cuando los guardianes de un almacén de víveres atrapan infraganti a Trifón, un ladronzuelo de vía estrecha, el señor Filemón, el dueño de la empresa, a cambio de no denunciarlo a la policiía le propone que trabaje para él en condiciones un poco especiales. El trabajo en la fábrica de mermeladas, que lo sumerge en un ambiente deudor de la novela clásica realista y social, pero también de la sátira costumbrista, tiene algo de aprendizaje de la vida que llevará a Trifón, por situaciones y estados de ánimo diferentes e incluso contrapuestoss, a responsabilizarse de su destino, en cuyo hito final aparecen, atractivas y agridulces, la presencia de la hija del dueño y la fortuna de l señor Filemón