Mucho tiempo lleva Della ahorrando de aquí y de allá, intentando rebajar en las compras diarias, con el fin de reunir dinero para satisfacer un deseo de su amado esposo. Dos tesoros guarda aún esta familia venida a menos: el cabello de ella y el reloj por él heredado. Ese reloj requiere una cadena que permite lucir la joya en condiciones. Ella, a su vez, acaricia un sueño: unas peinetas magníficas para recoger su pelo, un cabello larguísimo color caoba que el marido adora. Ni todo su ahorro, ni los trucos culinarios para salvar algunos centavos, han permitido a la mujer reunir una cantidad suficiente para comprar la cadena por Navidad. Pero eran épocas en que el pelo natural se compraba para hacer pelucas. Y Della no lo duda. Teme después que su aspecto defraude a su marido. Aun así, la cadena es de más peso. La sorpresa de Jim, el marido, que a su vez buscaba un regalo digno, y la de la propia Della cuando intercambian los regalos, es la clave de la obra, el sello de un auténtico amor.