Nicholas Grimshaw es el alguacil más temido de Canterbury. Su último condenado, Hubert, le pide que cuide de su supuesta nieta, Desirée, una ladrona de poca monta que asiste con dolor a la injusta ejecución de su mentor. Cuando Nicholas descubre quién es, le ofrece que trabaje para él, y ella acepta a cambio de que le ayude a vengar la muerte de Hubert. Unidos por una deuda de honor, Desirée pone patas arriba la vida de Nicholas, hasta que él ya no sabe qué hacer con esa mujer hermosa y vivaz. No obstante, pronto tendrá que servirse de todas sus artes para salvarlos a ambos de un enemigo despiadado y ella terminará robándole el corazón.