Rayne Kenyon, duque de Haviland, no tiene ningún interés en el amor, pero necesita un heredero al que transmitir su título, por lo que está obligado a casarse. Las damas de la alta sociedad londinense no satisfacen sus requisitos, hasta que sorprendentemente se decanta por Madeline Ellis, la hija solterona y carente de atractivos de un camarada espía que en una ocasión le salvó la vida. Rayne le pide a Madeline que se convierta en su esposa, y a cambio él resolverá todos sus problemas económicos. Sin embargo, le pone dos condiciones: tendrán que estar juntos hasta que le dé un heredero y el amor nunca formará parte de su unión. Aturdida por los abrasadores besos de Rayne, Madeline sabe que por fin ha encotrado el amor... con un hombre decidido a evitarlo a toda costa.