Un viaje. Dos triángulos. Tres voces. Una vuelta de tuerca matriarcal a la road movie: padre e hijo salen a la carretera juntos, por primera y quizás última vez; mientras la madre toma la palabra y emprende por sí misma una segunda exploración, incluso más arriesgada. Lito acaba de cumplir diez años y sueña con camiones. Mario está enfermo y tiene deudas con su memoria. Antes de que sea tarde, ambos inician un decisivo viaje en el que compartirán mucho más que tiempo y espacio. Acosada por la idea de la pérdida, Elena se sumerge en una catártica aventura capaz de desafiar sus límites morales. Adicta a la lectura, no dejará de toparse con su propia vida en los libros, o viceversa. Alternando ternura y crudeza, Hablar solos se desplaza de la infancia a la perversión, de la familia al duelo. Una novela perturbadora que indaga en las relaciones entre Tánatos y Eros, planteando una pregunta de profundas consecuencias: ¿cómo afecta la enfermedad a nuestra forma de leer y de vivir el sexo? Uno de los mejores libros de 2012 según La Vanguardia.