Si estás harta de la rutina y sueñas con que pase algo extraordinario en tu vida... no lo dudes más: ha llegado el momento de convertirte en una chica mala.
«Se supone que con dieciocho años, hay que tener un poco claro qué hacer en la vida. Pero, en mi caso, lo único que tenía claro es que me apetecía cambiar de aires y alejarme un poco de un novio al que estaba dejando de querer. Por eso, cuando a mi padre le ofrecieron un nuevo trabajo en Madrid, sentí que llegaba mi oportunidad.
Al llegar a nuestra nueva casa en una urbanización de las afueras, se me cayó el mundo a los pies. No podía imaginar entonces el giro increíble que iba a dar mi vida al conocer a Alex y a sus amigas. Nada como unos buenos tacones, unos vaqueros ceñidos y un escote para lanzarme a la conquista de la noche. Y de sus más atractivos secretos».