Cuando Estados Unidos decide unilateralmente invadir Irak, esgrime dos razones: que Irak posee armas de destrucción masiva y que apoya a Al Qaeda. Para comprobar su veracidad, los Servicios de Inteligencia de todo el mundo despliegan sus agentes de espionaje. En España, Sebastián Villanueva, jefe de Inteligencia Exterior del CNI, y máximo responsable del Servicio de Información de Oriente Medio, pulsa su red de colaboradores iraquíes. Rodeado de fuertes presiones nacionales e internacionales, y en una frenética carrera contra el tiempo, descubre la falsedad e informa al Gobierno para detener la participación española en el conflicto. Pero las motivaciones políticas hacen inútiles todos sus esfuerzos y, tras la Cumbre de las Azores, el mundo asiste perplejo al estallido de la guerra. Ya en pleno conflicto, la red de colaboradores iraquíes al servicio del CNI reclama que no los abandone a su suerte en Irak -sin cobertura- y Sebastián les promete ayuda. El Gobierno, sin embargo, más atento a ETA, y haciendo caso omiso del peligro potencial que representa para España la detección de varias células islamistas, le pone trabas para cumplir su promesa... una decisión que dispara la tensión y enciende los deseos de venganza. Y lo más terrible: la semilla de la mayor tragedia ocurrida en suelo español ya está plantada y sólo es cuestión de tiempo...
Apoyada en datos extremadamente bien documentados, esta novela desvela los entresijos políticos que condujeron a España, en contra de la opinión pública, a participar en la Guerra de Irak, un conflicto al que se opuso la mayor parte del mundo.