La trilogía conocida como La vida fantástica agrupa las novelas Aventuras, inventos y mitificaciones de Silvestre Paradox, Camino de perfección y Paradox, Rey. La primera y la última comparten protagonista, el inventor Silvestre Paradox, mientras que la segunda está protagonizada por Fernando Osorio.
Aventuras, inventos y mitificaciones de Silvestre Paradox retrata la bohemia madrileña de finales del siglo XIX y un mundo en crisis de ideas e ideales, en el que se mueve el singular protagonista, un inventor sin medios. Parodiando las técnicas del folletín, Baroja traza un agudo y demoledor retrato de una época en que España vivía sumida y la sordidez y la mediocridad, y los regeneneracionistas soñaban con un país moderno, en el que la ciencia, la filosofía y las artes ocuparan un lugar preeminente. En Paradox, Rey, entre la novela utópica y el cuento filosófico, Baroja aborda con tono de sátira el mundo colonial, situando a su personaje como soberano de un imaginario país. Muy diferente al excéntrico Paradox es el protagonista de Camino de perfección, un joven confuso y atormentado, al que rondan pensamientos relacionados con la muerte, y que emprenderá un purificador viaje de Madrid a Levante tratando de superar su indolencia y sus desequilibrios anímicos, de orientarse hacia la acción y de recuperar el contacto perdido con la naturaleza.
Tres novelas que son una buena muestra de la prosa limpia y desprovista de artificios de Baroja, de su visión crítica de la realidad española, de las inquietudes regeneracionistas que flotaban en el ambiente y de su filosófica defensa del hombre de acción frente al intelectual indolente.