En el corazón de París, Pierre Arthens, el crítico gastronómico más celebre del mundo, está a punto de morir. Admirado por algunos y odiado por muchos, Arthens lleva años decidiendo el destino de los chefs más prestigiosos, destruyendo y construyendo reputaciones a su antojo. Ahora, en las últimas horas de su vida, su pensamiento se posa sobre algo mucho más sencillo: busca desesperadamente un sabor único, el sabor que un día le hizo feliz.