Al capitán Bradshaw Carroway le encanta la vida de marinero, aunque preferiría enfrentarse a una banda de piratas que al cargamento que le ha tocado proteger: un grupo de aristócratas caprichosos. Sin embargo, una pasajera ha llamado su atención, una joven descarada que lo distrae y lo aparta de las reglas del decoro, las cuales son sagradas a bordo. La señorita Zephyr Ponsley ha viajado por todo el mundo, pero no tiene experiencia en las lides del amor. Nadie le ha enseñado a coquetear, aunque ha aprendido que las leyes de la seducción no siguen ninguna regla y que no hay aventura tan arriesgada y deliciosa como la pasión.