Grandes esperanzas no es solo una historia de grandes sueños y dramáticas contrariedades, sino esencialmente, como dijo Chesterton, de grandes vacilaciones. Pip, un niño huérfano y medroso, tiene un terrorífico encuentro con un preso evadido al que se ve obligado a procurar víveres y una lima. Poco después, es llamado a la tenebrosa mansión de una rica y recluida dama como compañero de juegos de una niña seca, hermosa y altiva. Allí, el huérfano aprende, por primera vez, que sus manos son bastas y sus botas demasiado gruesas.