La víspera del día en que habrá de sufrir un grave accidente, el abogado Matías Verneda recibe un texto anónimo. Alguien ha hecho acopio de información sobre sus actividades secretas, que creía a salvo en un archivo. Lo que en un principio fueron audaces estrategias para buscar atajos al margen de la ley y los Juzgados, degeneró más tarde en servicios de extorsión y venganza, prestados a clientes destruidos por el rencor.
Por temor a que su miseria moral sea delatada, Matías busca explicaciones que lo salven del retrato que alguien ha dibujado en su espejo. ¿Quién podría tener tanto empeño en destruirlo? Solo dos mujeres -su hija Paula y Victoria, su antigua compañera de despacho- podrían, tal vez, redimirlo de su pasado; pero el enemigo ha planeado su estrategia con suma precisión.
"Recuerda que yo no existo" es una sugerente y memorable novela sobre el precio a pagar por las acciones del pasado. El retrato de una justicia anónima, paralela a la oficial, capaz de imponer las penas más sutiles. Una persecución en cuyo desenlace el lector acaba implicado. Pero es, también, una reivindicación del sentimiento más noble que cabe en la complejidad del alma humana: el arrepentimiento.