El profesor de historia Alfred L. Clayton recibe de una asociación de historiadores el encargo de redactar sus memorias sobre la Administración Ford (1974 -1977) para una de sus publicaciones. Pero lo único que, en el momento del encargo, recuerda Clayton de este período de la historia reciente de Estados Unidos es que, primero, fue precisamente cuando él abandonó a su mujer Norma, «la Reina del Desorden», y a sus tres hijos para irse con Genevieve, «la Esposa Perfecta», y, segundo, cuando reunía
material para una biografía (jamás terminada) del presidente James Buchanan (1857-1860). En el momento en que, al fin, se da cuenta de que ya no sabe distinguir dónde empiezan sus propias aventuras amorosas en los años 70 y dónde termina el abortado romance de Buchanan durante una de las peores crisis de su breve presidencia, «Alf» decide que no hay verdad histórica posible. Si, con ello, los historiadores pierden un buen informe, nosotros, los lectores, ganamos una divertidísima novela02026;