Encontrar un cuadro robado - el retrato de una rubia de piernas largas-, un caso que se suponía fácil para
el detective, se complica cuando empiezan a aparecer cadáveres por todas partes. Archer se envuelto en un misterio tan
viejo como él: un brillante artista se adentró en el desierto y desapareció sin más. Pero dejó tras de sí un montón de
musas, muñecas, prostitutas y damas, todas ellas peleandose por lo que consideran es de su propiedad. El aire del
desierto arde de traición, muerte, sexo y locura, y sólo Archer puede encontrar sentido al hecho de que un criminal
haga del asesinato una obra de arte.