Amanda despierta sola en el oscuro y frío cobertizo de su casa sin tener la más ligera idea de lo que hace allí. Solo recuerda haber amanecido esa misma mañana en casa de su hermana Silvia, donde ha pasado una pequeña temporada. Cuando se reencuentra con su marido, Bruno, descubre para su sorpresa que este la trata con menosprecio e indiferencia. A partir de ese instante Amanda comienza a investigar qué es lo que ha podido ocurrir para que su marido tenga esa extraña actitud hacia ella. Un cuadro que falta en una pared, una foto desaparecida de un álbum y una habitación cerrada serán algunas de las pistas que la ayudarán a recuperar la memoria, poniendo al descubierto el misterio que rodea el comportamiento de Bruno y el terrible secreto que se esconde tras las paredes de esa casa.