Reflexión del autor sobre diversos aspectos políticos, económicos y sociales, desde su experiencia en la configuración de la política económica en España.
Según un consenso cada vez más extendido, el capitalismo moderno vivió una "edad dorada" entre la finalización de la || Guerra Mundial y la crisis del petróleo de comienzos de los años setenta. A partir de entonces, la desaceleración del crecimiento y el aumento del desempleo en los países industrializados parece haber reeducido las oportunidades de inversión, incrementando el déficit y la deuda pública y puresto en duda la supervivencia de sus sistemas fiscales tradicionales y del propio Estado de Bienestar. Al mismo tiempo, a escala planetaria se imponía la globalización de las economías nacionales.
El autor reflexiona acerca de los efectos de estos factores sobre el nivel de actividad, el empleo, la inflación, el grado de autonomía de las autoridades españolas al diseñar y ejecutar su política económica, los impuestos... Además extiende sus consideraciones hacia el futuro y propone sus puntos de vista sobre las tareas más urgentes de los partidos socialdemócratas ahora que se ha desvanecido el paradigma keynesiano del control de las enconomías nacionales y ha entrado en crisis la principal seña de identidad de las políticas socialdemócratas: el Estado de Bienestar.