Los quince minutos de gloria que nos corresponden a todos, según Andy Warhol, podrían narrarse en las escasas líneas de un microrrelato, apenas un relámpago de literatura. En este libro el autor se pregunta cómo sería el Quijote si Sancho fuera su principal personaje, o si el doctor Watson resolviera los casos a la manera de Holmes. Otros textos se inspiran en los actores del cine mudo que como Daniel, el niño que sirve de hilo conductor en este libro, tuvieron que «aprender a hablar» para no ser relegados al olvido.