El siempre revoltoso soldado Asch es ya el teniente Herbert Asch. Su desintegrado regimiento de artillería vuelve a casa tras la derrota en la guerra. Mientras tanto ha comenzado la ocupación de los soldados estadounidenses, que a ojos de todos está resultando de lo más placentera. De hecho, Schulz ha vuelto a casa con su esposa Lore y ambos están encantados con los americanos. Asch sigue manteniendo la misma actitud desdeñosa por el reglamento, y no puede soportar que el ejército alemán siga imponiendo un estúpido espíritu de nor¬mas y órdenes en medio del desastre y de la lucha de todos por escurrir el bulto con el consabido «yo nunca fui del partido». No acaba de gustarle el cinismo con que se están comportando algunos mandos. Tampoco acaba de entrarle por el ojo el "amigo americano". Es más, tendrá que volver a maquinar para que algún que otro canalla -¡cómo no, un oficial!- no se salga con la suya. Y con su peculiar indolencia, ¿conseguirá salir bien parado de su peligroso plan? ¿Conseguirá que lo hagan sus buenos amigos de armas, por cretinos que sean? ¿Será posible que alguno de ellos acabe en Texas?...