Giulio Terenzi es un empleado de banca de 30 años y carrera
prometedora que, como represalia por haber tenido relaciones
sexuales con una cliente de edad avanzada, es destinado a
Castrognano, un pueblo perdido de pocos habitantes.
Allí dará el relevo a Rinaldi, un compañero que está a punto
de jubilarse. Antes de marcharse, Rinaldi le sugiere que no se
fíe de nadie en el pueblo, y le informa de misteriosas
desapariciones de algunos viejos vecinos. Terenzi se pone
manos a la obra y se familiariza con los clientes de la
sucursal, entre los que destaca la anciana baronesa Eleonora
de Santis, la única que parece poseer alguna cantidad
considerable, administrada por su nieto, el extraño Corrado.