Bajo el título de uno de ellos, La balada del café triste, se agrupan en este libro varios de los relatos más significativos de la singular y sutil narrativa de Carson McCullers, que han accedido ya a la consideración de clásicos de la moderna literatura norteamericana y constituyen incursiones en la silenciosa, secreta y sagrada intimidad del alma de sus personajes.
«Wunderkind», «El jockey», «Madame Zilensky y el rey de Finlandia», «El transeúnte», «Dilema doméstico» y «Un árbol. Una roca. Una nube» custodian esta balada de impronta inconfundible en la que la frontera entre la prosa y la poesía se disuelve con maestría.
Narrados con un prodigioso sentido de la construcción, los relatos de Carson McCullers alcanzan una resonancia interior que va mucho más allá de su sencilla y directa observación de la realidad. El mundo punzante, desesperanzado y profundamente poético de Carson McCullers constituye, en palabras de Edith Sitwell el legado de «una escritora trascendental».