El autor exploró, con este su décimo libro publicado en 1935 a la edad de 28 años, una nueva fórmula de novela. Son las novelas de su generación (la misma a la que pertenecen otros rumanos de proyección universal como Cioran e Ionesco), y los personajes, casi en su totalidad, jóvenes veinteañeros; es la Gran Rumanía de los años treinta. Presenta muy certeramente un mundo en descomposición, una sociedad en la que los hijos no creen en los valores que defendieron sus padres, pone en primer plano a una generación joven, frenética y confusa, obsesionada por lo trágico de su destino, un destino que habría de precipitarla muy poco después en la gran hecatombe de la guerra. En 1964, Eliade releyó su novela y escribió: "La crudeza de algunas escenas me ha exasperado. Al propio tiempo, puede que con toda justicia, el salvajismo y bestialidad de estos huligans de entre 20 y 25 años hace que la novela mantenga su significación y actualidad. Pues estos personajes cínicos, crueles y salvajes se han vuelto familiares en la Europa occidental en los últimos diez años".