Sonia La Roja es la terapeuta de la que Ángela Vallvey se sirve para ser más mordaz, irónica y cáustica que nunca y ofrecernos, a través de sus pacientes, un fresco completo, una radiografía cómica pero certera de nosotros mismos. A través de esta divertidísima protagonista, y de otros personajes, la autora disecciona temas tan diversos como el sexo, las peleas conyugales, el rechazo, los pretendientes o las infidelidades. Todas las muñecas son carnívoras toca de lleno en la médula de nuestra esencia para despertarnos de nuestro letargo y removernos las entrañas en un texto socarrón pero sin fisuras que nos lleva, finalmente, a la reflexión.