Durante el siglo XII en la fortaleza de Masyaf, la misteriosa secta de los asesinos tiene su sede en este enclave estratégico en la frontera entre Antioquía y Trípoli. El gran maestre, Sheik Sinan, oculta en un lugar secreto el ansiado jardín del Paraíso, un harén donde viven las vírgenes de mayor belleza y atractivo, por las cuales los miembros de la secta están dispuestos a entregar su vida.