Adam Brenton, vizconde de Teriwood, es asesinado cuando intenta desenmascarar una traición. Poco después su hermana Kimberly recibe la noticia en Nueva York de que Adam se ha suicidado. Incrédula, decide viajar a Inglaterra para esclarecer los hechos.
Christopher Gresham, conde de Braystone, fue amigo de Brenton en la infancia, y no ha olvidado su antigua amistad a pesar de haberse distanciado con los años. Por eso decide llevar a cabo sus propias pesquisas sobre su muerte, a la vez que colabora con el gobierno investigando los robos a barcos ingleses.
Cuando Kimberly empieza a indagar en la vida de su hermano, Christopher se convierte en su principal sospechoso. Ni la atracción ni el deseo que surgen entre ambos harán cesar a Kim en su decisión de vengarse del asesino de su Adam.