Luis Ángel Morales
es taxista y también un buen hombre que se mete en muchos líos casi sin enterarse. No obstante, sus amigos ven en él la réplica obligada del campeón de boxeo Luis Ángel Firpo, «quien sacó del ring a Dempsey» : por eso lleva su nombre. Pero Morales, a quien los pasajeros que recoge en su taxi terminan siempre por enredar en absurdas situaciones y a quien fácilmente se le puede tomar el pelo, no es ningún héroe. Tampoco pretende serlo. Su único deseo es encontrar algún día por las calles de la ciudad a Valentina, de quien conserva el hermoso recuerdo de un amor huidizo. La idea obsesiva de que la perdió «por falta de fe en sí mismo» es, de hecho, su única fuente de valor y arrojo. Reencontramos aquí ese humor algo malévolo que surca casi toda la obra de Bioy y que induce a leerle con una sonrisa a veces incómoda, como desplazada, pero ineludible, casi obligada.