«¡Condenado a muerte! Hace cinco semanas que vivo con este pensamiento, siempre a solas con él, siempre con su helada presencia...» Estas son las palabras que dan inicio a " El último día de un condenado " , novela en la que Victor Hugo consigue trasladar al lector hasta límites insospechados toda la soledad, el horror y la angustia del anónimo hombre que espera su fin a manos del verdugo una vez sentenciado por la justicia. En este alegato contra la pena de muerte, el autor de " Los miserables " consigue dejar patente que en determinados casos la ficción tiene más fuerza que la realidad.