Un paraíso con una eterna primavera, situado en pleno Océano Atlántico y con temperaturas muy agradables durante todo el año. Un archipiélago de origen volcánico, lleno de montañas y acantilados por los que pasear en medio de una vegetación exuberante, entre flores de todos los colores y con la seguridad que por cualquier lugar que se vaya, siempre aparecerá un valle solitario, un acantilado que cae sobre el mar o una pradera idílica. Y sin dejar de visitar el encanto urbano de su capital Funchal, con los edificios históricos y su animación nocturna. Además de un detallado recorrido por las mejores playas, quintas y jardines, tiendas y mercados, rutas de senderismo y centros de turismo rural y también pequeños pueblos de pescadores como Câmara de Lobos. Todo ello en un ambiente de tranquilidad y sosiego, que es otro de sus grandes atractivos.