Bali, una isla de tamaño medio situada sobre el Ecuador terrestre, disfruta de un clima tropical que hace posible su visita en cualquier momento del año; los precios de hoteles, restaurantes y transporte son más que económicos y su gastronomía es una delicia. Además, por si no fuera suficiente, los balineses son una gente encantadora, pacífica, sensible y hospitalaria, y la delincuencia es casi inexistente. Aunque todo esto parezca una exageración, no lo es en absoluto. No tenéis más que ir a Bali y comprobadlo vosotros mismos.
El propio nombre de Bali sugiere un paraíso exótico y lejano, pero además es uno de los destinos viajeros fundamentales de este siglo y del anterior.
Las playas de Bali son más que decentes para el baño en las cálidas aguas del Índico y los paisajes del interior de la isla constituyen una gama de infinitos verdes que llegan al paroxismo de la belleza cuando se ordenan formando arrozales entre cascadas, mientras que los amantes del senderismo pueden caminar hasta volcanes imponentes cuya última erupción se remonta a apenas cien años.