Suráfrica, un país precioso y con una extensión más del doble que España, ofrece la posibilidad de observar la más variada fauna africana en algunos de los mejores parques naturales del continente, admirar unos paisajes espectaculares o disfrutar de la vida urbana en una de las ciudades más hermosas del planeta: Ciudad del Cabo.
La comida es excelente y regada por los vinos surafricanos, que ya cuentan con un merecido prestigio en el circuito mundial, y la oferta hotelera es estupenda. Y todo ello, a precios muy moderados y notablemente inferiores a los que existen en Europa.
La fascinación que ejerce Suráfrica para los viajeros reside en su doble faceta como país bien instalado en el siglo XXI, pero aderezado con las especias de la tradición africana: danzas zulúes, animales salvajes en libertad, música de township...
Y no hay que olvidar otro de sus atractivos esenciales: sus gentes. Blancos, negros, mestizos e indios configuran aquí un mosaico étnico de lo más agradable. Casi todo el mundo es amable en Suráfrica, especialmente con el extranjero.