En los primeros años veinte del siglo pasado un grupo de jóvenes, residentes en un barrio obrero de la ciudad de Moscú y muy aficionados al fútbol, decidieron crear un equipo de este novedoso deporte. Lo crearon en el sentido más amplio del término, porque, además de fundar el club, construyeron con sus propias manos y dinero de su bolsillo todas las instalaciones deportivas. A este equipo de barrio, cuya popularidad creció muy rápido, le tocó enfrentarse, a partir de la mitad de los años treinta, a las grandes sociedades deportivas militares, con el Dinamo (Comisariado para Asuntos Internos) y el CDKA (Ejército Rojo) a la cabeza. Algunos de sus protagonistas fueron víctimas de las grandes represiones estalinistas. Pero esos mismos dramas ‒a veces tragedias‒ personales, unidos a sus éxitos deportivos, ayudaron a crear la leyenda del Spartak de Moscú, la epopeya del equipo del pueblo.
Un libro riguroso y apasionante sobre las peripecias de este club y de la familia Stárostin, que aborda episodios históricos como la visita de la Selección Vasca a Moscú en 1937 o los épicos encuentros del Spartak en los países capitalistas, cuya trascendencia iba más allá de lo deportivo para convertirse en todo un desafío ideológico contra el poder reaccionario.