Etiopía, la antigua Abisinia, goza de una cultura única, muy diferente a la de cualquier otro país africano. Con una tradición antiquísima, Abisinia fue el segundo país del mundo en adoptar el cristianismo como religión oficial, tan pronto como en el siglo IV, sólo después de Armenia.
Golpeada en las últimas décadas por terribles hambrunas y guerras civiles y con sus vecinos, Eritrea y Somalia, Etiopía es hoy un país políticamente estable, con un notable crecimiento económico en los últimos años y está considerado como uno de los países más seguros de África. Todo esto, unido a su impresionante patrimonio cultural, donde sobresalen sin duda las bellísimas iglesias medievales excavadas en la roca en Lalibela o en los riscos del Tigray, a su rica biodiversidad, manifestada principalmente en la típica fauna africana que puede observarse en varios parques nacionales, y a su también riqueza antropológica plasmada en la variedad de grupos humanos, y de tribus asentadas en el remoto sur, ha puesto a este bello país en la agenda de muchísimos viajeros.
Aunque los desplazamientos por carretera son todavía lentos, debido sobre todo a las enormes distancias entre los destinos turísticos, una eficacísima red de vuelos interiores cubiertos por su compañía nacional, a precios muy favorables, acerca al viajero al punto más alejado del país en menos de una hora. En estos momentos, Etiopía es el destino de moda en el Continente Negro.
Yibuti, la salida al mar de Etiopía, es un destino casi desconocido y muy accesible hoy desde la inauguración del nuevo tren que enlaza con Addis Abeba. Una buena oportunidad para conocerlo en este viaje.