Al Qahira como la llaman los árabes, es la cuna del arte islámico y una inmensa metrópoli de unos veinte millones de habitantes. La ciudad es un impresionante hervidero de gentes donde todo, más tarde que temprano, termina funcionando. En su extensa superficie se concentra un amplio resumen de lo que es y ha sido Egipto y el mundo: las incomparables pirámides de Giza junto a la mítica Esfinge, Saqqara y la pirámide del faraón Zoser. A lo que se añade el Museo Egipcio de Antigüedades, o el colorido y bullicioso barrio islámico cairota, donde se alzan algunas de las mezquitas más importantes del mundo. El barrio de Jan el Jalili está actualmente muy cuidado y es un paraíso para disfrutar de las compras y de la arquitectura islámica. Su contrapeso es el barrio copto, de evocaciones bíblicas, el de los antiguos cristianos, y por donde pasó la Sagrada Familia. Por último, el Nilo cruza y multiplica una ciudad siempre llena de sorpresas especialmente si se vaga sin rumbo fijo por los barrios más populares, allí donde precisamente la vida fluye casi como el río cuyas fuentes costó tanto encontrar