Ladakh, región situada en la vertiente norte del Himalaya indio, posee un enorme atractivo para el viajero actual. A la belleza abrupta de sus inmensas montañas y valles se une la riqueza y originalidad de una cultura, la tibetana, conservada con una pureza difícil de hallar en el propio Tíbet central. La hospitalidad y simpatía de sus habitantes, todavía no contaminados por el turismo masivo, hacen del viaje una continua invitación al disfrute, al aprendizaje, a la reflexión.
Marta Torres Santo Domingo nos lleva, con este libro, a una etapa más de su particular Ruta de la Seda. Con ella visitaremos Dharamsala y el sueño del exilio tibetano, cruzaremos la Gran Cordillera por el Rothang Pass con los moteros que hacen la «Manali-Leh Road» y nos dejaremos rodear por las cabras pashminas del altiplano tibetano. Llegaremos al valle del Indo, cuna del reino de Ladakh, y nos adentraremos en el misterio de sus monasterios budistas. Además, el valle de Nubra y sus dunas de arena dorada, los espectaculares mandalas de Alchi o el conflicto en Cachemira serán otros hitos del viaje.
La autora va acompañada en su camino de monjes recitando mantras, moteros y camioneros, camellos bactrianos perdidos, nómadas pastoreando sus cabras, misioneros con una Biblia en las manos, viajeras extravagantes, artistas, militares, exploradores, espías y escritores que, juntos, constituyen un variado paisaje humano en un viaje que no acaba al cerrar las páginas del libro.