Este pequeño país goza de una gran reputación por sus paisajes imponentes y un pueblo fascinante y amable, cuya naturaleza lírica se expresa en la calidez de su acogida. Todos los rumores son ciertos: Irlanda es una preciosidad y su paisaje es una verdadera maravilla. Además, la historia está por todas partes, desde los imponentes monumentos de la Irlanda prehistórica en Brú na Bóinne, Slea Head en Kerry y Carrowmore en Sligo, hasta las fabulosas ruinas del rico pasado monástico irlandés en Glendalough, Clonmacnoise y Cashel. Por último, la cordialidad irlandesa, tal vez un cliché trillado, es cierta y los autóctonos son cariñosos y acogedores. Así que, tá Fáilte romhat (“muy bienvenido”).