Considerado el más abierto y “europeo” de los países del Magreb, lleva décadas a la avanzadilla del turismo en el mundo. Un país cálido en el que la gente dispensa un trato hospitalario y en el que se han conservado casi intactas sus costumbres, pese a ser un país moderno. Ideal tanto para visitarlo de forma organizada o “por libre”, dadas sus manejables dimensiones.
De arraigada cultura musulmana, Túnez es el resultado de una historia profunda y antigua cuyos protagonistas (fenicios, romanos, árabes, franceses…) han dejado su impronta en esta tierra bereber, que hoy nos invita a una sosegada visita. Más allá de la capital, es de obligada parada Cartago, Sidi Bou Said (con sus preciosas casas encaladas); Matmata (con su paisaje desértico y lunar y sus casas excavadas); Kairuán (el lugar con los monumentos árabes más impresionantes); Susa (llamada perla del Sahel); y –por supuesto- la idílica isla de Yerba, un enclave mítico al que ya Homero hace referencia en La Odisea”. Por todo esto, y por mucho más que se irá descubriendo en el viaje, Túnez es en la actualidad uno de los destinos favoritos de los viajeros.