«¡Habla, por favor! ¿Qué te pasa?», «¡Pero deja de llorar!», «Yo, a tu edad... ¿Qué padre no ha dicho alguna vez este tipo de frasecitas que parecen tan inocuas? Pero comunicarse con los hijos no es tarea fácil. Hay que adaptarse a su nivel de desarrollo intelectual y a la vez preservar su desarrollo futuro y su confianza en sí mismos.
Nadie nace sabiendo ser padre y todos podemos mejorar nuestra forma de decir y hacer las cosas.
Este libro presenta y analiza esas frases que tanto solemos decir y ofrece alternativas de reformulación. También propone ejercicios y consejos para hacer que los hijos adopten un comportamiento lo más positivo posible para afrontar los retos de la vida cotidiana.