Usufructuar una buena metodología de estudio no consiste en estipular un solo sistema para afrontar cualquier material intelectual sino en tener la capacidad de usar un conjunto de actitudes y sistemas de trabajo diversos y variados. La eficiencia de nuestra metodología es directamente proporcional al número de tácticas que somos capaces de poner en práctica. La suma de una rica variedad de modos de proceder engendra el concepto del método. Es importante no sólo tener la aptitud de encontrar diferentes tácticas sino saber cuándo y cómo es mejor emplear cada una de ellas. Cada práctica, evidentemente será más conveniente aplicarla dependiendo de la naturaleza del propio texto. Asimismo, por ejemplo, será más sensato aplicar una táctica determinada en función de la fase de aprendizaje en el que nos encontremos durante el proceso de asimilación.
Un intelectual, que estudia de forma perspicaz, se ha forjado su sistema de trabajo gracias a la influencia de cada uno de los diferentes profesores que lo han tutelado y sobre todo por conclusiones personales de su propia experiencia. En este pequeño libro recopilo el conjunto de estrategias que yo personalmente aplico, para estudiar una obra musical y cómo, de forma minimalista y sin profundizar, abordo cada una de ellas, dirigiéndome de forma generalizada también a los lectores no pianistas e incluso a los no músicos. Está en tu mano servirte de mi experiencia, aquí expuesta, cogiendo lo que más te sirva y desechando lo que no. En cualquier caso mi propósito es por supuesto motivarte, para que en base a tu especialidad, nivel y decenas de circunstancias singulares que te circuncidan, mejores, organices tu trabajo y sobre todo crees tu propio y personal modo de estudio.